viernes, 16 de diciembre de 2011

Eleion perdido en el tiempo

Eleion desapareció en el aire luego de que Esmeralda le lanzara un rayo prismático. ¿Qué pasó con él? ¿Está vivo? ¿Podrá regresar a Kraëtoria?

De pronto, el muelle, sus amigos y el cielo se vuelven borrosos, grises, como si estuviese viendo el mundo a través de un velo. Sus amigos continúan luchando, y puede ver cómo consiguen escapar por los pelos del grupo de Necratos. Cuando se acerca a ayudarlos, Eleion ve que sus amigos y enemigos desaparecen, la primavera se convierte en verano, las hojas caen, todo se cubre con un manto de nieve y luego las flores vuelven a brotar. Se mueve hacia otro lado, sin entender nada, y el tiempo parece ir hacia atrás.

Después de ver los años avanzar y retroceder, ser testigo del nacimiento y caída de civilizaciones, Eleion entiende que está atrapado en otro plano, en un plano donde viaja por el tiempo. Desesperado, deja mensajes a sus amigos por todas partes: en los pilares de los muelles, en los muros de casas, en libros... Les deja advertencias, les pide ayuda, pero nunca sabe en qué momento del tiempo se mueve, y pronto pierde noción del momento...

...hasta que de pronto todo se vuelve oscuro, y siente que cae. Está recostado en un suelo de piedra, frío. Mira sus manos: están delgadas, su piel está quebradiza. La lengua pastosa, su estómago ruge. ¿Cuánto tiempo lleva sin comer, sin beber ni una gota de agua? Mira a su alrededor: está en una habitación débilmente iluminada por velas, una niña de unos doce o trece años lo mira absorta, mientras balbucea "eres mi esclavo ahora, obedéceme Emerion".

La niña sostiene un grimorio de cuero empastado en las manos. Cuando Eleion intenta acercarse a ella, choca contra una pared invisible: sólo entonces se da cuenta de que hay un pentagrama dibujado en el suelo y él está atrapado en él.

Eleion le dice la verdad: que no es Emerion, y no es un demonio, pero que tiene hambre y sed. La niña, que dice llamarse Elena, se enoja y golpea el suelo con los puños: ella necesita de un demonio para que le enseñe a hacer magia para poder protegerse de su esposo, que la golpea y le arranca la ropa y le hace cosas, y ella no quiere.

Finalmente, Eleion consigue que le traiga comida y agua: ella le explica que está en el sótano del castillo de su marido, y que éste está fuera del feudo, guerreando, pero que volverá en unas semanas y desea defenderse para cuando regrese. Eleion promete que le enseñará a hacer magia para protegerse, pero que deberá ser muy estudiosa y aprender no sólo las técnicas arcanas, sino también la filosofía que rodea la magia. Ella accede.

Pasan los días: Elena demuestra ser una alumna excelente y muy dotada. Eleion no se sorprende de que aprenda tan rápido (después de todo, fue capaz de realizar un complejo ritual de invocación de un grimorio, aunque haya cometido un error), sino de que sea capaz de mejorar algunos hechizos y darse cuenta de los errores que comete Eleion a veces. El elfo entiende que, cuando crezca, Elena será una hechicera excepcional.

Pasan dos meses, y un día, Elena se ausenta de sus clases habituales. Sólo regresa dos días después, rápidamente, y sólo para dejarle comida y agua a Eleion: éste alcanza a ver los moretones y heridas en el cuerpo de la niña, pero ella se niega a darle explicaciones. Esa noche, Elena se refugia en el sótano, llorando. Su marido regresó, por supuesto, y la obligó a hacer cosas. Ella se resistió, trató de usar su magia, pero estaba tan asustada que el conjuro de hipnosis más simple no le resultó, y él la golpeó, y le arrancó el vestido, y ella lloraba y se quejaba y le pedía que la dejara pero no lo hizo... Y no pudo regresar al sótano hasta que se quedó dormido.

-Lo odio, lo odio, lo quiero muerto...
-Tranquila, Elena. Te voy a enseñar a defenderte, pero no tienes que matar, no tienes que producir más odio...
-Si lo mato, él no podrá hacerle daño a nadie más.
-Sí, pero...
-Enséñama a defenderme. No quiero ser débil nunca más.

Pacientemente, Eleion le enseña no sólo la lengua arcana, sino también el arte de la concentración para así poder lanzar conjuros incluso cuando estuviera tensa y bajo amenaza. Pero se niega a enseñarle evocaciones, e insta a que aprendiera primero hechizos y conjuraciones. Pero en verdad da lo mismo: Elena tiene tanto talento, que puede aprender conjuros dañinos por sí misma, y sin decirle a su maestro. Sin embargo, opta en un principio por hacerle caso: una vez que domina el conjuro de hipnosis, es capaz de mantener alejado a su marido o hacerle creer que yació con ella.

Dos años han pasado. Elena ha crecido mucho como alumna, su marido pasa poco en el castillo, ya que se la pasa guerreando con los feudos vecinos. Eleion no ha podido averiguar en qué año está (Elena no lo sabe), y apenas sabe que está en algún feudo de Florencia. No se atreve a romper el pentagrama, ya que es su único medio para regresar al plano elemental del tiempo y, quizás, ser rescatado por sus amigos. Elena cada vez habla menos de venganza, y más de conocimiento, de sabiduría, de explorar el mundo y convertirse en aventurera.

-Pero quiero conocerlo contigo, Eleion. Quiero que viajemos juntos, que seas mi compañero...

Y entonces Eleion trata de alejarla: eres muy niña, yo he vivido tanto, tengo una amante... Pero nada parece intimidar a la niña enamorada, que habla incluso de amor eterno y matrimonio.

Una tarde de primavera, todo se derrumba.

El marido de Elena regresa, furioso: rompe cosas, exige a su mujer. Elena debe interrumpir su clase y salir del sótano para calmarlo. Eleion no se entera de lo que ocurre hasta el día siguiente. Lo único que oye son gritos, golpes y algo como una explosión.

La noche del día siguiente, Elena regresa con las manos lavadas, pero su vestido cubierto de sangre seca, marrón.

-Elena... ¿qué hiciste?
-Está muerto, por fin.

Su marido había llegado furioso, porque había descubierto que Elena lo hechizaba para que no tuviera sexo con él. La golpeó, la arrojó a la cama y trató de desnudarla. Sus hechizos ahora no tenían efecto: su marido tenía algún objeto mágico que bloqueaba los hechizos. Así es que Elena no tuvo más elección que fulminarlo con un rayo. El hombre, aturdido, cayó al suelo. Elena encontró el objeto y se lo quitó, y luego lo hechizó: lo convenció de castrarse con su propio cuchillo y de arrancarse la piel a pedazos, mientras ella miraba y se deleitaba. Se desangró hasta la muerte mientras cantaba que era un cerdo violador.

-Pero Elena...
-No se merecía menos. Me enseñaste todo lo que necesitaba, Eleion. Ahora quiero que te quedes conmigo, que me ames.

Elena se acerca con la intención de romper el pentagrama, pero Eleion, que había podido leer el grimorio, pronuncia la encantación para romper la invocación.

Todo se vuelve borroso nuevamente. Sigue estando en el sótano, pero todo parece cubierto por un velo. Elena grita, llora, le pide que regrese, pero Eleion no lo hará. Y se aleja, y el tiempo pasa, o retrocede, ya no sabe, y ve cómo el castillo cae bajo una invasión y es destruido... ¿O está viendo el momento en que es construido pero hacia atrás? Los años, los siglos, han perdido sentido, y Eleion observa grandes batallas, pequeñas peleas de hogar, se pasea por montañas y ciudades, ve reyes siendo asesinados, parejas haciendo el amor, bosques que se queman y crecen de nuevo, ríos que se secan y glaciares que cubren valles enteros...

Y ya no sabe si está vivo o muerto.

Hasta que oye una voz.

-Yo te llamo, Eleion Dunadan.

Y cae inconsciente.
Sigue leyendo...

miércoles, 14 de diciembre de 2011

El último rey de Valaquia (parte VI)

Los héroes llegan al muelle para embarcar rumbo a Mogariuth pero, como temían, son emboscados por Necratos y su grupo. ¿Sobrevivirán al ataque?

Sesión del domingo 30 de octubre del 2011
Abril de 1664
(3004 según el calendario florentino)


- Cuando llegan al muelle de Dayiria, Weyland se adelanta para conversar con el capitán. El cielo está oscuro y hay una leve neblina en el muelle.

- El capitán y los marineros atacan a Weyland. Harald de Battenberg sale de su camarote, con la piel pálida y los ojos en blanco: se ha convertido en un muerto viviente.

- Ghoreus y Miarlith corren a ayudar a Weyland. Eleion utiliza su magia para volar y ayudar al grupo desde la distancia. Harald es destruido.

- Mientras están ocupados con la revuelta de los marineros, el grupo es atacado por el flanco por enemigos invisibles: dardos que provocan horribles heridas de hielo, Aknorg, el orco, que ataca con devastadores golpes de un hacha doble, sombras que surgen del suelo y drenan la fuerza a los héroes, rayos, un aire enrarecido y debilitador...

- Esmeralda trata de controlar mentalmente a Eleion, pero el Cintillo de Bloqueo Mental que le pasó Ghoreus consigue evitar el control.

- Fortunata está a punto de morir a causa de una palabra impía pronunciada por Necratos, pero es salvada por el pegaso de Eleion. Ylla cae con los ataques de Puño de Ogro y Boltonar (el halfling), y Graund N'amyrr salta a defenderla, lanzando a Puño de Ogro lejos con un solo golpe. Aknorg descarga todos sus ataques sobre el dragón, llegando incluso a sacarle sangre.

- Miarlith y Ghoreus consiguen rescatar a Weyland y dejan inconscientes a los marineros. En ese momento, de la bodega del barco sale Raëgdil con su espada desenvainada, acompañado por Ricardo y sire Edmond. Raëgdil levanta la espada y lanza un solo golpe a Ghoreus, causándole gran daño: Raëgdil se ha aliado a Necratos para proteger a Tucio von Weber.

- Mientras tanto, Eleion se enfrenta a una Esmeralda invisible en un duelo de magia. Esmeralda, cansada con las protecciones del elfo, decide terminar la batalla lanzando un cono de múltiples arcoiris... Una rociada prismática que impacta a Eleion y lo hace desaparecer de la existencia.

- Los héroes consiguen derribar a Aknorg con sus golpes, pero están acorralados, con Raëgdil a punto de atacarlos y en clara desventaja, por lo que deciden escapar: Mithrandir se polimorfiza en dragón y les grita que se afirmen al suelo: con sus garras, sujeta el pedazo de muelle donde están sus compañeros y los eleva en el aire, escapando de las garras del grupo de Necratos... Una vez más.

- Ya lejos del muelle y a salvo, Weyland agradece a Miarlith y sus amigos el que lo hayan salvado. Eleion ha desaparecido, y el grupo decide pedir ayuda a los Maestros para encontrarlo. Graund N'Amyrr, el pegaso de Eleion y Mithrandir se ofrecen para llevar al grupo volando a Mogariuth y así poner a Fortunata bajo la custodia de los Maestros.

- Mientras respiran, por fin, Weyland conversa a solas con Miarlith y le dice que haber visto a su amigo Harald muerto y convertido en una aberración, le ha hecho pensar mucho. Y que ha reconsiderado su decisión: sí le gustaría que fuesen pareja.

- Desde el momento en que Fortunata monta sobre Graund N'Amyrr y le acaricia las escamas, éste entiende que algo ha cambiado en él, y mira a Ylla con pena: les queda poco tiempo juntos.

- Ghoreus, por su parte, entiende que ahora que ha concluido esa parte de la misión, necesita regresar a Oghdammer para aclarar su situación con su clan. Así es que monta en su caballo y se dirige hacia el reino enano, sin saber cuándo podrá volver a reunirse con sus amigos...
Sigue leyendo...

martes, 11 de octubre de 2011

El último rey de Valaquia (parte V)

Los héroes consiguen llegar hasta el refugio secreto donde los Maestros escondieron a los von Weber hace más de doscientos años, pero un traidor los acecha...

Sesión del lunes 10 de octubre del 2011
Marzo - abril de 1664
(3004 según el calendario florentino)


- Luego de perder a gran parte de su tripulación en un ataque sorpresa, el capitán Malcolm del "Serenidad" debe reclutar marineros en la infame ciudad de Krasnodar. Luego de dos días, consigue contratar a suficientes marineros para las tareas rutinarias del "Serenidad". Algunos héroes encuentran sospechosa la facilidad con la que consiguen nuevos marineros.

- El barco los lleva hasta el mar Románico y la ciudad de Dayiria, en un sector poco frecuentado de Salacia. Dayiria, un pequeño puerto al pie de un acantilado (arriba del cual se asienta el pueblo de Dayiria) es un lugar donde confluyen los mercaderes de la zona para vender sus productos agrícolas y ganaderos a los barcos mercantes y los contrabandistas que pasan por allí.

- Waeyland guía a los héroes y a Raëgdil de Chambord (junto a su escolta de caballeros de la Orden de Fafnir) hacia una granja perdida en el interior (a más de un día de viaje). En la granja, regida por una tal Irina Patricio, conocen a los últimos descendientes de los Von Weber: dos hermanos adolescentes, Tucio y Fortunata.

- Apenas ven a Tucio (un mozuelo de 15 años), Raëgdil exige que le muestren la marca del dragón: una marca plateada, sinuosa y brillante aparece en el cuello, hombro derecho y parte de la espalda de Tucio. Apenas ve la marca, Raëgdil se arrodilla ante el joven y le dice que lo ha estado buscando toda su vida y que pone a su disposición su espada y caballeros para recuperar el trono que le pertenece por derecho. Los héroes se percatan de que Fortunata parece molesta. Además, algunos héroes destacan que la actitud de Raëgil les parece exagerada y peligrosa (¿tanto poder en manos de un chiquillo?, pregunta Miarlith).

- Anädheleth se queda conversando con Fortunata y ella le descubre el brazo izquierdo: ella también tiene el tatuaje y es mayor que Tucio (tiene 17 años). Además, al igual que su hermano, ha aprendido el arte de las armas y la monta. Anädheleth la convence de que mantenga oculto el hecho y la seduce con los pendientes de Venus: le promete perfeccionarla en la lucha con espada y enseñarle a usar el arco. Además, le promete que la llevará con ellos a Mogariuth.

- Tucio se muestra como un jovencito orgulloso de su herencia, inteligente y capaz de manipular a su antojo a Raëgdil y sus caballeros. Esto es algo que preocupa a los héroes y al mismo Weyland.

- Después de una frugal comida en la granja, Irina ofrece alojamiento para todos (aunque algunos tendrán que quedarse en el granero). Anädheleth consigue escabullirse con Fortunata y ella le muestra lo que sabe: pese a ser joven y tener poca experiencia, Anädheleth se muestra sorprendida con la habilidad de la joven y entiende que tiene mucho potencial. Aprovechando su influjo sobre ella, la seduce, la besa y la lleva al establo cercano. Eleion las vigila (o espía, eso nunca queda claro) de cerca.

- Miarlith, quien no había dejado de asistir a las clases de Weyland en la Universidad de Aquisgrán y con quien ha compartido largas tertulias y conversaciones académicas, decide acercarse al profesor y decirle lo que siente por él. Weyland se complica y no sabe qué responder: es un hombre sin experiencia en el amor y no se atreve a acercarse a la druidesa, aunque le confiesa que se siente atraído. Miarlith se siente decepcionada, pero acepta la propuesta de amistad de Weyland porque no desea perderlo.

- En la noche, Anädheleth sueña nuevamente con su madre. Es una voz que viene de la oscuridad y le dice que está con ella, que nunca la abandonará... Y le habla nuevamente de un traidor en el grupo.

- Al día siguiente, en consejo de grupo, los héroes deciden apoyar la idea de Anädheleth de llevarse a Fortunata con ellos. Anä usa sus pendientes para convencer a la abuela Patricio y creen que no será muy difícil convencer a Weyland también, aunque es posible que Raëgdil se oponga.

- Se organiza el regreso: Raëgdil le dice a la abuela Patricio que debe llevarse a Tucio, y ella se muestra feliz de que su nieto siga su destino. El grupo anuncia que también se llevarán a Fortunata, y Raëgdil se opone. Cuestiona el que es una mujer, que la anciana se quedará sin ayuda en la granja, que es un viaje peligroso y no está dispuesto a cuidar de niñas... La abuela duda, Anädheleth usa nuevamente sus pendientes para convencerla, y Raëgdil, furioso, en un movimiento tan rápido que nadie alcanza a preverlo, desenvaina y le corta una oreja a Anädheleth, que cae al suelo junto a uno de los pendientes. "¡Maldita bruja! Vete al infierno con tus malas artes", le dice Raëgdil. Anädheleth y el grupo están furiosos, pero Weyland los detiene y les dice que hablará con Raëgdil, pero no sin antes echarles una mirada reprobatoria.

- Finalmente, Raëgdil y su escolta se van con Tucio. Weyland espera a los héroes, quienes por fin consiguen convencer a la abuela. Miarlith sana la oreja de Anädheleth. Weyland reprende a Anä, le pregunta que por qué no le habían hablado de la idea, que quizás él podría haber convencido a Raëgdil y la abuela.

- El grupo regresa a Dayiria a pie, con retraso en relación a Tucio, Raëgdil y cía. El grupo se queda en una posada a medio camino para pasar la noche.

- Durante la noche, Anädheleth tiene una pesadilla: sueña con sus amigos muertos en el muelle de Dayiria y Fortunata llorando. Graund N'Amyrr, en su forma de dragón, la consuela. Luego, Fortunata monta el dragón y se elevan en el cielo, en dirección a Mogariuth.

- Por su parte, Ylla conversa con Graund N'Amyrr: él tiene miedo, explica que siente que su destino está con Fortunata (con quien entabló rápidamente amistad, como si conocieran desde toda una vida). Le dice a Ylla que probablemente no podrá acompañarla, que deberá quedarse en Mogariuth con Fortunata.

- A la mañana siguiente, el grupo debate si ir al muelle o no. Weyland debe ir, pero le ofrece al grupo contactar con un capitán que los podrá llevar por su cuenta a Mogariuth. Finalmente, el grupo decide ir al muelle, sabiendo que se arriesgan a una emboscada...
Sigue leyendo...

martes, 27 de septiembre de 2011

El último rey de Valaquia (parte IV)

Los héroes finalmente han conseguido ayuda de los Maestros, quienes acceden a llevarlos hasta el lugar donde se han escondido por doscientos años los Von Weber. Con ellos estaría el último heredero al trono de Valaquia. Pero grandes peligros acecharán en su viaje marítimo...

Sesión del sábado 27 de agosto del 2011
Marzo de 1663 - 1664
(3004 según el calendario florentino)


- Ghoreus despierta en una enfermería de la Universidad de Aquisgrán. Se encuentra con Weyland de Brunswick y le explica que estuvo muy grave y que sus compañeros viajaron a Durham para conseguir información sobre el heredero.

- Weyland le dice que los Maestros han decidido ayudarles: pondrán a su disposición un barco que los llevará al Sur, al pueblo donde estarían refugiados los Von Weber. Además, le entrega a Ghoreus pociones, equipo y le presenta a Rados, un caballo de guerra ligero equipado con herraduras mágicas para que pueda encontrarse con sus compañeros a la brevedad. Rados lo acepta rápidamente como jinete y parece respetar al enano.

- Los héroes escapan del castillo de los Sanguineti, que acaban de ser asesinados por Esmeralda, Boltonar y sus secuaces. Mithrandir, el hermano de Ellen, hace escapar al grupo, que decide regresar a Mogariuth. En el camino se encuentran con Ghoreus, quien les informa que los Maestros han decidido ayudarles.

- En Mogariuth, sire Edmond se separa brevemente del grupo y regresa con emisarios de la Orden de Fafnir, que desean hablar con los Maestros. Se ha corrido la voz de que éstos saben dónde está el heredero.

- Se producen tensas negociaciones a puertas cerradas entre los Maestros y sire Raëgdil de Chambord (gran maestre de la Orden de Fafnir). Finalmente se decide que sire Raëgdil y tres de sus guardaespaldas (entre ellos sire Edmond y sire Ricardo) acompañarán la expedición en busca del heredero.

- Los héroes embarcan en el navío "Serenidad", del capitán Malcolm, un mercante ligero que los llevará a Salacia. Además de Raëgdil y sus caballeros, les acompaña Weyland de Brunswick, Harald de Battenberg (ambos Maestros), Ellen y Mithrandir, que han decidido unirse al grupo.

- En cada uno de los pueblos visitados, Eleion ha vendido toneles de vino sacado del odre de Numentarë.

- Mientras navegan al Sur, llega el 21 de marzo, equinoccio de primavera y el Año Nuevo para los elfos. El grupo pide descanso de un día en una isla deshabitada para hacer la celebración y ritos correspondientes.

- Miarlith lidera los ritos a Gaia y los dioses pidiendo prosperidad y fertilidad para el nuevo año. En la noche, se inicia fiesta-borrachera. Anädheleth liga con Ricardo, Ylla y Graund N'Amyrr se seducen mutuamente, Eleion intenta seducir a Ellen.

- En la noche, el grupo es atacado por asesinos silenciosos. Varios marineros son muertos por armas envenenadas. Miarlith utiliza la Varita de Maravilla cuando la situación se pone difícil y genera un campo de antigravedad, dejando a Anädheleth, Ricardo y un par de asesinos flotando en el aire. Anädheleth rescata a Ricardo llevándolo a las ramas de un árbol cercano y bajan a la superficie.

- El grupo repele a los atacantes, pero muchos marinos han muerto. En el "Serenidad" también han sido atacados: en total, el barco perdió a la mitad de su tripulación. El capitán Malcolm culpa a los héroes por su irresponsabilidad.

- Mithrandir interroga al único prisionero que recuperaron; mientras lo hace, Eleion lee los pensamientos del prisionero. Consiguen sacarle que es parte de la tripulación del "Kraken", el barco pirata del capitán Alexei, y que llevan a bordo a un grupo de magos de túnica roja que les han pagado muy bien (y brindado apoyo arcano) para atacar el "Serenidad" y matarlos a todos. Él no ha tenido contacto directo con los magos, no conoce su identidad, pero que escuchó de pasada que uno de ellos se hace llamar "Rocco Algernón" o algo así. Una vez acabado el interrogatorio, el grupo discute qué hacer con el prisionero. El capitán Malcolm zanja las discusiones de escrúpulos arrojándolo por la borda.

- El "Serenidad" debe conseguir nueva tripulación: el barco enfila a Krasnodar, la ciudad más importante de Salacia, a reclutar marineros...
Sigue leyendo...

jueves, 25 de agosto de 2011

La caída de Gallen

Y entonces ocurrió, en esos días de marzo de 1663 de la Era de la Luz, a sólo una semana del Año Nuevo élfico, que las máquinas de guerra florentinas pisotearon el suelo sagrado del bosque de Gallen, que los alerces milenarios ardieron como teas en la noche y los soldados humanos cargaron cabezas de elfos, enanos y centauros en sus picas y lanzas...

El general Nerón Flavius entró triunfante al círculo de dólmenes y pisó, sin notarlos, los restos carbonizados de una dríada que había muerto antes de matar a un solo humano.

-¿Reporte? -preguntó el general a su lugarteniente.
-Los elfos se retiran, pero aún queda un fortín enano que resiste.
-¿Y qué esperan para abatirlo?
-Está muy bien defendido... Y sus arcabuceros tienen una puntería endemoniada, general...

El general Flavius entornó los ojos como si dijera "¿es que todo lo tengo que hacer yo?" y repartió instrucciones a su cuerpo de élite. Las armaduras y "langostas" sardianas avanzaron rápidamente por las zonas conquistadas y se encontraron con una lluvia de disparos certeros y explosiones. Siguieron avanzando, confiados, pero las balas finalmente penetraron sus corazas y mataron al piloto. Tres de los cuatro artefactos quedaron inutilizados, el cuarto retrocedió.

-¿Por qué se retira del combate, soldado? -Flavius detuvo el artefacto: su piloto balbuceó una excusa- Salga de allí.

El soldado abrió la escotilla y se asomó para explicarse, cuando, en un parpadeo, una hoja acerada le cortó el cuello. Flavius agarró al hombre con una sola mano y, sin el menor esfuerzo, lo arrojó al suelo, donde se agitó como una cucaracha volteada, tratando de detener la hemorragia. Flavius entró al artefacto y dio órdenes a sus hombres. Como una máquina bien engrasada, el grupo se esparció en formación de serpiente, realizando oleadas sucesivas de ataque para distraer las defensas mientras el general se colaba en el fuego y quedó sobre el montículo.

Al interior del fortín, Orvar Korghan apretó los dientes.

-¡Una langosta sobre nosotros! ¡Rápido, las granadas!

Pero fue muy tarde: tres bombas de pólvora entraron por la tronera.

El suelo tembló con las explosiones. El general Flavius arrojó otras bombas por las troneras y un humo apestoso inundó el fortín. Los hombres de Flavius rodearon el fortín y arrojaron más bombas en su interior, hasta que la trampilla se abrió y una bandera sucia de hollín, que debió haber sido blanca, flameó en el aire. Flavius desenfundó la espada y de un solo tajo cortó la mano que sostenía la bandera. Sus hombres sacaron al enano del interior, lo arrojaron al suelo y lo desarmaron.

-¿Quién eres? -le preguntó Flavius con una voz grave.
-Orvar de la casa de Korghan, capitán de la guardia de la Roca de Hefestos, miembro del clan del Martillo de Val...
-Suficiente. ¿Cuántos fortines quedan en el bosque?
-¿Crees que si supiera te lo diría? -Orvar improvisa un torniquete con sus ropas, pero pierde sangre rápidamente- Basta con que sepas que Oghdammer no caerá fácilmente, que nos opondremos...
-No me interesan tus desvaríos, enano. Hoy cayeron los elfos y tus patéticos fortines. Mañana cazaremos enanos en sus cuevas como ratones en sus ratoneras.
-Me gustaría verte intentarlo.
-No lo verás. Dile a tus ancestros que fracasaste, y que no habrás muerto en batalla, sino devorado por los buitres. ¡Sacerdote!

Un hombre santo de Zeus se acercó al general y se inclinó ante él.

-Cúrale esa herida. Luego átenlo con cadenas y déjenlo a campo abierto. Que pague el precio que corresponde por oponerse al Imperio.

No muy lejos de allí, escondidos entre los árboles calcinados, cuatro figuras camufladas tras sus capas élficas e ilusiones arcanas observaban la escena apretando los dientes.

-Hay que hacer algo -dijo una voz femenina-. Podemos rescatarlo cuando se alejen de él.
-Es muy peligroso -respondió una voz grave-. Estará en medio del ejército florentino. Lo mejor que podemos hacer es retroceder y reportar que cayó el último bastión. Hay que fortificar la última línea de defensa del bosque.
-Al menos podemos eliminar a ese malnacido de Flavius: lo tengo a distancia de tiro -dijo otra voz femenina tensando su arco: su flecha se iluminó con un brillo sobrenatural.
-No, Trishna -respondió una cuarta voz-. Sabes muy bien que con una flecha no bastaría, ese hijo de orca es más duro que un gólem de hierro.
-¿Sugerencias, entonces, Denazz? -preguntó la primera voz femenina.
-Yo no soy el líder, Adrasteia, pero creo que deberíamos pedirle al hermano Thorin que nos lleve de vuelta con Delemdroth. Mientras tanto, Trishna puede contactar a Oghdammer e informar...
-Córtela con eso de "no soy el líder", sire Denazz -le respondió Thorin-. Usted es el mejor estratega de entre nosotros y ha demostrado su valía en combate numerosas veces.
-Y además Delemdroth te tiene total confianza -agregó Adrasteia.
-Sí... Y eso -respondió Thorin, no muy convencido.
-¿Entonces? -preguntó Trishna.
-Entonces regresamos y luego tú retomas contacto con tus amigos piratas -le dijo Denazz-. Creo que tenemos suficientes incentivos como para convencerlos del plan.
-Está decidido entonces -respondió Thorin-. Tómense de las manos.

El grupo formó un círculo con las manos tomadas. Adrasteia arrojó una última mirada a Orvar, apesadumbrada. Trishna observó cómo lo amarraban y arrastraban lejos del campo de batalla. Entonces reaccionó y, pronunciando palabras místicas, cargó una flecha en su arco.

-¿Qué haces? -Adrasteia la tomó de la cintura.

Un segundo antes de que Thorin finalizara su conjuro, Trishna disparó la flecha, que impactó en el cuerpo maltrecho de Orvar Korghan, del clan del Martillo de Valgar, y explotó en una llamarada ardiente. Los soldados que lo cargaban cayeron al suelo, convertidos en cadáveres carbonizados, y el mismo Orvar se encendió como una pira, muriendo en la gloria de Hefestos. El general Flavius y sus hombres dispararon hacia el bosque calcinado, pero ya era muy tarde: sólo un aura residual se mantenía en el lugar.
Sigue leyendo...

martes, 16 de agosto de 2011

El último rey de Valaquia (parte III)

Decididos a encontrar la pista de los Von Weber, los héroes viajan al condado de Durham. Pero un hecho inesperado los privará de la ayuda de Ghoreus, y en el condado se encontrarán con una desagradable sorpresa proveniente de Vinnogard...

Sesión del sábado 13 de agosto del 2011

Marzo de 1663
(3004 según el calendario florentino)


- Luego de la discusión que acabó con la partida de Hathol, los héroes fueron sorprendidos por un grupo de muertos vivientes. Consiguieron vencerlos, pero Ghoreus cayó víctima de una extraña enfermedad que lo dejó incapacitado.

- Los héroes llevan a Ghoreus con Weyland de Brunswick. El académico les advierte que sire Edmond no puede entrar con ellos, así es que debe esperar en el patio. Sire Edmond no ve con buenos ojos que los héroes pidan ayuda a Weyland.

- Los médicos de la Universidad cuidan a Ghoreus: está afectado por una enfermedad mágica, podredumbre momificadora, pero luego de una semana de descanso debería estar listo para la acción.

- Los héroes le cuentan a Weyland que conocieron a la Orden de Fafnir y que quieren ayudarle a encontrar al heredero. Weyland explica que eso no es de su interés ni de los demás académicos, ya que llevar a un heredero podría provocar una guerra civil, sobre todo si el heredero resulta ser un completo inepto. Además, le preocupa la cacería de brujas que se produciría contra los florentinos instalados en Valaquia si regresara el rey y se independizara del imperio. Hay florentinos que llevan generaciones viviendo en la provincia y prácticamente no conocen otro mundo.

- Los héroes entonces ponen sobre la balanza el hecho de que Mu Th'arr está formando una tercera fuerza. Le cuentan que por lo menos ha unido algunas tribus orcas del norte, que ellos le llevaron unos barcos voladores sardianos y que Mu Th'arr investigó las ruinas de Sardan, de hecho, las ruinas de Agrinion (la capital de Sardan, cuyas ruinas están bajo el Molodroth, en Ithilgadden).

- Weyland se muestra preocupado: les dice que estas noticias cambian totalmente el escenario: si hay una tercera fuerza en juego que controla la magia sardiana, las cosas pueden ponerse feas para Valaquia. Weyland no promete nada: deberá reunirse con otros académicos para decidir qué pueden hacer.

- Ylla tiene una conversación secreta con Graund N'Amyrr.

- Miarlith tiene una conversación secreta con Weyland. Sale preocupada de ella y dice que debe viajar al bosque de Gerlach, al norte. Por su parte, los héroes deciden seguirle la pista a los Von Weber y viajar al condado de Durham, así es que viajarán juntos al menos una parte del trayecto.

- Sire Edmond, quien viaja con los héroes, les informa que Durham es un condado de campesinos, pobre y con poco comercio. El castillo del conde es pequeño y viejo, con apenas un edificio y una torre de piedra (el resto es de madera). El actual conde es un tal Sanguinetti, descendiente de florentinos que tomaron el feudo luego de la conquista de Valaquia.

- Graund N'Amyrr lleva a los héroes hasta Durham a sus espaldas. Eleion viaja en su pegaso, Miarlith vuela convertida en águila.

- Investigando el pueblo, los héroes averiguan que la gente le teme muchísimo al conde y que sus tres hijos son unos abusadores (el primogénito se ha acostado con la mitad de las campesinas, mientras el segundo y el menor se entretienen atormentando a los plebeyos, ya sea con castigos físicos o abusos de poder (p.e. los obligan a cacarear como gallinas a cambio de una moneda de plata o un saco de grano).

- Eleion investiga en la taberna y se encuentra con una bellísima barda que toca el laúd con un pequeño grupo de músicos. La barda cuenta numerosas historias y recibe los aplausos entusiastas de los parroquianos. Eleion se une a los espectadores.

- Cuando la barda empieza a contar la historia de un grupo de elfos que resisten al imperio y luchan contra Theodorus, se inician los abucheos. El público se divide casi en mitad y mitad entre los que la aplauden y los que le exigen que baje del escenario. Hay uno de los parroquianos, el más alto y fuerte, que se acerca al escenario. Eleion se interpone y le pide que se calle y se siente. Discuten. El campesino trata de empujar a Eleion, quien lo esquiva. La discusión sigue, el público alienta la pelea, Eleion hace una zancadilla y el tipo cae al suelo. Se levanta furioso, con un cuchillo en la mano, pero Eleion desenfunda una espada y lo mantiene a raya. El hombre se va, y el tabernero le pide a Eleion que se retire, que no quiere problemas. La barda, por su parte, no quiere hablarle a Eleion y lo culpa de haber interrumpido su presentación.

- Por su parte, Anädheleth se encuentra con el hijo mayor del conde, quien queda prendado de ella y la invita a una fiesta en el castillo, en tres días. Queda tan encantado con ella que le envía a su mejor sastre para que le haga un vestido. Eleion consigue convencer al hijo de que acepte a la barda ("Ellen Zafiria", como la llama el joven) y a su grupo de músicos para que animen la fiesta.

- Los héroes deciden participar de la fiesta: para ello, se compran ropas caras. Eleion, por su parte, decide hacer un poco de dinero vendiendo el vino que produce el odre de Numentarë.

- Miarlith, por su parte, viaja al bosque de Gerlach y se entrevista con un druida elfo, un acólito que ha quedado cuidando el santuario de los druidas. El elfo le confirma las noticias: los druidas ancianos del bosque de Gerlach han viajado al norte para unirse a Mu Th'arr y ayudarle con su proyecto. Además, le cuenta que es cierto el rumor de que hay una tribu con elfos moribundos, desechados por Theodorus. Aparentemente, Theodorus les drenaba la vida y muchos de ellos están muertos de viejos (siendo aún muy jóvenes).

- La peor noticia la recibe después: el bosque de Gallen ha caído. Los elfos verdes y las criaturas del bosque se batieron en retirada, refugiándose en Oghdammer o en la meseta de Elëdhant, con los elfos dorados. Este ha sido un enorme triunfo para el imperio.

- Miarlith intercambia sangre con su hermano druida para poder comunicarse con él con facilidad y a la mañana siguiente regresa a Durham.

- Las noticias de Miarlith ensombrecen el ánimo entre los héroes, quienes deciden redoblar sus esfuerzos.

- La noche de la fiesta, los héroes hacen pasar a Anädheleth como si fuese una noble florentina. En esa fiesta se supone que el primogénito del conde le pedirá la mano a una doncella.

- La cena pasa muy bien. El primogénito del conde toma a Anädheleth de una mano y la lleva a recorrer el castillo. Se habla acerca de la caída de Gallen y del maravilloso triunfo que significa para el imperio, se habla también de los feudos rebeldes que siguen levantándose contra el gobernador y el imperio. Eleion conversa con el conde y éste, astuto, descubre que le han mentido y que la doncella que sedujo a su hijo no es ninguna noble. Eleion dice venir de Ravena, lo que molesta aún más al conde: "No permitiré que mi hijo se case con alguna plebeya estudiante, ¿qué futuro le esperaría a mi familia?

- Están en eso cuando primero la condesa, luego el conde y todo el resto de los invitados se pone a toser y luego a vomitar: la comida estaba envenenada. En eso, uno de los invitados, una bella mujer, Esmeralda, se levanta y brinda por la rebelión contra el imperio. Los soldados de Esmeralda entran al castillo y lo toman. Eleion intenta actuar, pero tiene una daga apuntándole en el vientre: Boltonar, el halfling, lo tiene inmovilizado.

- Los héroes, apoyados por sire Edmond, se enfrentan a Esmeralda y el halfling, pero Eleion queda muy herido. El grupo recibe una ayuda inesperada: Ellen, la barda, reduce a varios guardias; un elfo con una mandoble también sale a la batalla, ayudando a los héroes. Al último minuto, cuando la situación se ve poco favorable, el recién llegado los teleporta a todos fuera del castillo y huyen. El elfo se identifica como Mithrandir y acepta las gracias del grupo.

Sigue leyendo...