viernes, 16 de diciembre de 2011

Eleion perdido en el tiempo

Eleion desapareció en el aire luego de que Esmeralda le lanzara un rayo prismático. ¿Qué pasó con él? ¿Está vivo? ¿Podrá regresar a Kraëtoria?

De pronto, el muelle, sus amigos y el cielo se vuelven borrosos, grises, como si estuviese viendo el mundo a través de un velo. Sus amigos continúan luchando, y puede ver cómo consiguen escapar por los pelos del grupo de Necratos. Cuando se acerca a ayudarlos, Eleion ve que sus amigos y enemigos desaparecen, la primavera se convierte en verano, las hojas caen, todo se cubre con un manto de nieve y luego las flores vuelven a brotar. Se mueve hacia otro lado, sin entender nada, y el tiempo parece ir hacia atrás.

Después de ver los años avanzar y retroceder, ser testigo del nacimiento y caída de civilizaciones, Eleion entiende que está atrapado en otro plano, en un plano donde viaja por el tiempo. Desesperado, deja mensajes a sus amigos por todas partes: en los pilares de los muelles, en los muros de casas, en libros... Les deja advertencias, les pide ayuda, pero nunca sabe en qué momento del tiempo se mueve, y pronto pierde noción del momento...

...hasta que de pronto todo se vuelve oscuro, y siente que cae. Está recostado en un suelo de piedra, frío. Mira sus manos: están delgadas, su piel está quebradiza. La lengua pastosa, su estómago ruge. ¿Cuánto tiempo lleva sin comer, sin beber ni una gota de agua? Mira a su alrededor: está en una habitación débilmente iluminada por velas, una niña de unos doce o trece años lo mira absorta, mientras balbucea "eres mi esclavo ahora, obedéceme Emerion".

La niña sostiene un grimorio de cuero empastado en las manos. Cuando Eleion intenta acercarse a ella, choca contra una pared invisible: sólo entonces se da cuenta de que hay un pentagrama dibujado en el suelo y él está atrapado en él.

Eleion le dice la verdad: que no es Emerion, y no es un demonio, pero que tiene hambre y sed. La niña, que dice llamarse Elena, se enoja y golpea el suelo con los puños: ella necesita de un demonio para que le enseñe a hacer magia para poder protegerse de su esposo, que la golpea y le arranca la ropa y le hace cosas, y ella no quiere.

Finalmente, Eleion consigue que le traiga comida y agua: ella le explica que está en el sótano del castillo de su marido, y que éste está fuera del feudo, guerreando, pero que volverá en unas semanas y desea defenderse para cuando regrese. Eleion promete que le enseñará a hacer magia para protegerse, pero que deberá ser muy estudiosa y aprender no sólo las técnicas arcanas, sino también la filosofía que rodea la magia. Ella accede.

Pasan los días: Elena demuestra ser una alumna excelente y muy dotada. Eleion no se sorprende de que aprenda tan rápido (después de todo, fue capaz de realizar un complejo ritual de invocación de un grimorio, aunque haya cometido un error), sino de que sea capaz de mejorar algunos hechizos y darse cuenta de los errores que comete Eleion a veces. El elfo entiende que, cuando crezca, Elena será una hechicera excepcional.

Pasan dos meses, y un día, Elena se ausenta de sus clases habituales. Sólo regresa dos días después, rápidamente, y sólo para dejarle comida y agua a Eleion: éste alcanza a ver los moretones y heridas en el cuerpo de la niña, pero ella se niega a darle explicaciones. Esa noche, Elena se refugia en el sótano, llorando. Su marido regresó, por supuesto, y la obligó a hacer cosas. Ella se resistió, trató de usar su magia, pero estaba tan asustada que el conjuro de hipnosis más simple no le resultó, y él la golpeó, y le arrancó el vestido, y ella lloraba y se quejaba y le pedía que la dejara pero no lo hizo... Y no pudo regresar al sótano hasta que se quedó dormido.

-Lo odio, lo odio, lo quiero muerto...
-Tranquila, Elena. Te voy a enseñar a defenderte, pero no tienes que matar, no tienes que producir más odio...
-Si lo mato, él no podrá hacerle daño a nadie más.
-Sí, pero...
-Enséñama a defenderme. No quiero ser débil nunca más.

Pacientemente, Eleion le enseña no sólo la lengua arcana, sino también el arte de la concentración para así poder lanzar conjuros incluso cuando estuviera tensa y bajo amenaza. Pero se niega a enseñarle evocaciones, e insta a que aprendiera primero hechizos y conjuraciones. Pero en verdad da lo mismo: Elena tiene tanto talento, que puede aprender conjuros dañinos por sí misma, y sin decirle a su maestro. Sin embargo, opta en un principio por hacerle caso: una vez que domina el conjuro de hipnosis, es capaz de mantener alejado a su marido o hacerle creer que yació con ella.

Dos años han pasado. Elena ha crecido mucho como alumna, su marido pasa poco en el castillo, ya que se la pasa guerreando con los feudos vecinos. Eleion no ha podido averiguar en qué año está (Elena no lo sabe), y apenas sabe que está en algún feudo de Florencia. No se atreve a romper el pentagrama, ya que es su único medio para regresar al plano elemental del tiempo y, quizás, ser rescatado por sus amigos. Elena cada vez habla menos de venganza, y más de conocimiento, de sabiduría, de explorar el mundo y convertirse en aventurera.

-Pero quiero conocerlo contigo, Eleion. Quiero que viajemos juntos, que seas mi compañero...

Y entonces Eleion trata de alejarla: eres muy niña, yo he vivido tanto, tengo una amante... Pero nada parece intimidar a la niña enamorada, que habla incluso de amor eterno y matrimonio.

Una tarde de primavera, todo se derrumba.

El marido de Elena regresa, furioso: rompe cosas, exige a su mujer. Elena debe interrumpir su clase y salir del sótano para calmarlo. Eleion no se entera de lo que ocurre hasta el día siguiente. Lo único que oye son gritos, golpes y algo como una explosión.

La noche del día siguiente, Elena regresa con las manos lavadas, pero su vestido cubierto de sangre seca, marrón.

-Elena... ¿qué hiciste?
-Está muerto, por fin.

Su marido había llegado furioso, porque había descubierto que Elena lo hechizaba para que no tuviera sexo con él. La golpeó, la arrojó a la cama y trató de desnudarla. Sus hechizos ahora no tenían efecto: su marido tenía algún objeto mágico que bloqueaba los hechizos. Así es que Elena no tuvo más elección que fulminarlo con un rayo. El hombre, aturdido, cayó al suelo. Elena encontró el objeto y se lo quitó, y luego lo hechizó: lo convenció de castrarse con su propio cuchillo y de arrancarse la piel a pedazos, mientras ella miraba y se deleitaba. Se desangró hasta la muerte mientras cantaba que era un cerdo violador.

-Pero Elena...
-No se merecía menos. Me enseñaste todo lo que necesitaba, Eleion. Ahora quiero que te quedes conmigo, que me ames.

Elena se acerca con la intención de romper el pentagrama, pero Eleion, que había podido leer el grimorio, pronuncia la encantación para romper la invocación.

Todo se vuelve borroso nuevamente. Sigue estando en el sótano, pero todo parece cubierto por un velo. Elena grita, llora, le pide que regrese, pero Eleion no lo hará. Y se aleja, y el tiempo pasa, o retrocede, ya no sabe, y ve cómo el castillo cae bajo una invasión y es destruido... ¿O está viendo el momento en que es construido pero hacia atrás? Los años, los siglos, han perdido sentido, y Eleion observa grandes batallas, pequeñas peleas de hogar, se pasea por montañas y ciudades, ve reyes siendo asesinados, parejas haciendo el amor, bosques que se queman y crecen de nuevo, ríos que se secan y glaciares que cubren valles enteros...

Y ya no sabe si está vivo o muerto.

Hasta que oye una voz.

-Yo te llamo, Eleion Dunadan.

Y cae inconsciente.
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miércoles, 14 de diciembre de 2011

El último rey de Valaquia (parte VI)

Los héroes llegan al muelle para embarcar rumbo a Mogariuth pero, como temían, son emboscados por Necratos y su grupo. ¿Sobrevivirán al ataque?

Sesión del domingo 30 de octubre del 2011
Abril de 1664
(3004 según el calendario florentino)


- Cuando llegan al muelle de Dayiria, Weyland se adelanta para conversar con el capitán. El cielo está oscuro y hay una leve neblina en el muelle.

- El capitán y los marineros atacan a Weyland. Harald de Battenberg sale de su camarote, con la piel pálida y los ojos en blanco: se ha convertido en un muerto viviente.

- Ghoreus y Miarlith corren a ayudar a Weyland. Eleion utiliza su magia para volar y ayudar al grupo desde la distancia. Harald es destruido.

- Mientras están ocupados con la revuelta de los marineros, el grupo es atacado por el flanco por enemigos invisibles: dardos que provocan horribles heridas de hielo, Aknorg, el orco, que ataca con devastadores golpes de un hacha doble, sombras que surgen del suelo y drenan la fuerza a los héroes, rayos, un aire enrarecido y debilitador...

- Esmeralda trata de controlar mentalmente a Eleion, pero el Cintillo de Bloqueo Mental que le pasó Ghoreus consigue evitar el control.

- Fortunata está a punto de morir a causa de una palabra impía pronunciada por Necratos, pero es salvada por el pegaso de Eleion. Ylla cae con los ataques de Puño de Ogro y Boltonar (el halfling), y Graund N'amyrr salta a defenderla, lanzando a Puño de Ogro lejos con un solo golpe. Aknorg descarga todos sus ataques sobre el dragón, llegando incluso a sacarle sangre.

- Miarlith y Ghoreus consiguen rescatar a Weyland y dejan inconscientes a los marineros. En ese momento, de la bodega del barco sale Raëgdil con su espada desenvainada, acompañado por Ricardo y sire Edmond. Raëgdil levanta la espada y lanza un solo golpe a Ghoreus, causándole gran daño: Raëgdil se ha aliado a Necratos para proteger a Tucio von Weber.

- Mientras tanto, Eleion se enfrenta a una Esmeralda invisible en un duelo de magia. Esmeralda, cansada con las protecciones del elfo, decide terminar la batalla lanzando un cono de múltiples arcoiris... Una rociada prismática que impacta a Eleion y lo hace desaparecer de la existencia.

- Los héroes consiguen derribar a Aknorg con sus golpes, pero están acorralados, con Raëgdil a punto de atacarlos y en clara desventaja, por lo que deciden escapar: Mithrandir se polimorfiza en dragón y les grita que se afirmen al suelo: con sus garras, sujeta el pedazo de muelle donde están sus compañeros y los eleva en el aire, escapando de las garras del grupo de Necratos... Una vez más.

- Ya lejos del muelle y a salvo, Weyland agradece a Miarlith y sus amigos el que lo hayan salvado. Eleion ha desaparecido, y el grupo decide pedir ayuda a los Maestros para encontrarlo. Graund N'Amyrr, el pegaso de Eleion y Mithrandir se ofrecen para llevar al grupo volando a Mogariuth y así poner a Fortunata bajo la custodia de los Maestros.

- Mientras respiran, por fin, Weyland conversa a solas con Miarlith y le dice que haber visto a su amigo Harald muerto y convertido en una aberración, le ha hecho pensar mucho. Y que ha reconsiderado su decisión: sí le gustaría que fuesen pareja.

- Desde el momento en que Fortunata monta sobre Graund N'Amyrr y le acaricia las escamas, éste entiende que algo ha cambiado en él, y mira a Ylla con pena: les queda poco tiempo juntos.

- Ghoreus, por su parte, entiende que ahora que ha concluido esa parte de la misión, necesita regresar a Oghdammer para aclarar su situación con su clan. Así es que monta en su caballo y se dirige hacia el reino enano, sin saber cuándo podrá volver a reunirse con sus amigos...
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